sábado, 22 de noviembre de 2008

Artículos de Miguel Jara sobre salud

Interesantísimo el blog de MIguel Jara www.migueljara.wordpress.com

La Asociación Contra el Cáncer, financiada por sectores contaminantes
Publicado el Noviembre 21, 2008 por Miguel Jara

Hace unas semanas, la asociación Antenano-Getxo, dedicada a denunciar los peligros para nuestra salud de la contaminación electromagnética, se dirigió por email a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). El pasado 8 de octubre, la Agencia Internacional para la Investigación del Cancer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), emitió un nuevo comunicado con la actualización de los resultados del proyecto Interphone. “Aunque todavía los resultados son parciales, nos dice que en base a estos resultados, los usuarios que lleven más de diez años usando el móvil, tienen más posibilidades de contraer cáncer”, argumentaban en su correo electrónico estos ciudadanos. Por ello, pedían a la AECC que se pusieran al día informativamente, al tiempo que le manifestaban su incredulidad al comprobar que la compañía Telefónica, cuyas antenas y aparatos de telefonía -como los de todas las marcas- emiten contaminación electromagnética, es uno de los patrocinadores de esta asociación contra el cáncer. La página web de la AECC exibe, además del de Telefónica, los anagramas de las empresas Accenture y Microsoft como “colaboradores”.


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El correo de contestación de la AECC, a través del doctor José Ángel García-Sáenz, no se hizo esperar: “Efectivamente en los últimos días hemos contemplado la noticia sobre la eventual asociación entre el uso de la telefonía móvil y un riesgo mayor de tumores cerebrales. Independientemente del debate que suscita, los que realmente sabemos a día de hoy es que no hay datos definitivos de esta relación.
Cierto es que se acaba de finalizar un estudio global epidemiológico (Interphone&mdash) al respecto, pero todavía no está publicado ni validado (Parece que los resultados definitivos se publicarán en 2009).
Las filtraciones de los resultados preliminares de este estudio generan noticias como la que recientemente hemos tenido. Los datos ofrecidos son parciales y no se deben considerar concluyentes hasta que no se analicen los resultados de forma global. Los propios autores subrayan que no tienen carácter definitivo y que no deben servir para sacar conclusiones sobre la normativa de los teléfonos móviles. Por esta razón y a día de hoy, debemos ser prudentes y no entrar a valorar estas noticias”.

Antena No respondía de nuevo y desde hace semanas su requerimiento de información no ha sido contestado por el responsable de la AECC: “Lo que me sorprende es que en un tema como este de las ondas en el que quizás no haya aún un estudio definitivo, pero si hay ya indicios que nos advierten del peligro de un uso indiscriminado de esta tecnología, parece que no se pueda hacer nada hasta que esto esté definitivamente probado, para entonces y si se cumplen las peores espectativas, puede haber enfermos o muertos (como pasó con el tabaco), como ustedes sabrán existen varios estudios que van advirtiendo de ello (…) referidos expresamente al cáncer, este mismo verano (además del Interphone), hemos podido ver cómo el Instituto del Cáncer, de la Universidad Norteamericana de Pittsburgh, también nos lo advertía, sobre todo ponía énfasis en el caso de los niños, (…) el estudio Reflex, el BioInitiative, llamamientos de oncólogos franceses (…) el 4 de Septiembre de este año, el Parlamento Europeo, emitió una resolución sobre Medio Ambiente y Salud, en la que también advertía de esta tecnología, (…) tampoco puede ser correcto que la prudencia nos lleve a la inactividad, algún término medio habrá ¿no? además, si no, puede caer la duda sobre si esa inactividad se debe a que uno de los patrocinadores de la AECC sea Telefónica, por lo tanto, ¿sería posible hacer algo?”. Ya digo, callada por respuesta de la Asociación Española Contra el Cáncer.

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LA AECC tiene unos criterios que deben cumplir las compañías que les aporten fondos, que están relacionados con el compromiso social, la gestión transparente de sus actividades, el respeto al mediombiente o la salud. Pero entre las empresas que colaboran con la AECC están, además de las citadas, laboratorios farmacéuticos como Abbott, AstraZeneca, Sanofi Aventis o Pfizer -a los que dediqué un capítulo propio en el libro Traficantes de salud- o Roche; bancos que invierten en refinerías petroquímicas como BBVA y Caja Madrid, o el Santander Central Hispano y La Caixa; de energía nuclear como Iberdrola o grandes emisoras de CO2 por los automóviles que fabrican como Ford -temas que se abordan con detalle en Conspiraciones tóxicas-.
No deja de ser paradójico que sectores cuya actividad puede provocar cáncer, como se ha documentado hasta la saciedad, que se benefician de irrecuperables impactos ecológicos, que no muestran la mínima transparencia sobre sus inversiones de los recursos económicos de sus clientes y ahorradores o que convierten la salud humana en una mercancía para vender sus fármacos, sean algunos de los colaboradores de una asociación dedicada a luchar contra el cáncer.


Activismo sobre contaminación alimentaria y químico tóxica
Publicado el Noviembre 19, 2008 por Miguel Jara

He estado unos días de viaje en dos ámbitos diferentes pero que comparten experiencias y actitudes. El fin de semana, la asociación Slow Food Terres de Lleida organizó la I Feria de Alimentación y Salud en el Recinto Ferial de Balaguer. Todo un éxito en el que han participado varios miles de personas que han acudido a un evento en el que se han mostrado los alimentos que produce la rica comarca catalana de La Noguera, tanto ecológicos “con sello” como naturales o tradicionales. No ha faltado, como es lógico, el análisis social y las propuestas de cambio. Por mi parte, intervine en esta línea el sábado por la tarde dando una conferencia sobre los lobbies de la industria alimentaria y la salud. En concreto, sobre cómo actúa el lobby pro transgénicos en España y cómo tiene a su servicio hasta cuatro ministerios de Zapatero. La sala de conferencias estuvo llena en cada acto y creedme que era muy grande. El domingo volvió a repetirse la masiva afluencia de personas con interés por conocer otra manera de alimentarse, con lentitud y calidad, alejada de los presupuestos industriales de la comida basura y de la vida rápida.

El domingo por la mañana Josep Pàmies, agitador campesino y promotor de la Feria, nuestro auténtico José Bovè en lucha contra las multinacionales transgénicas, me invitó a conocer la finca donde cultiva en ecológico diversos alimentos que pueden encontrarse en media España, donde recupera especies agrícolas autóctonas o a punto de desaparecer y desde la que promueve el cultivo y uso de una planta como la Stevia, de la que varios expertos contaron en la Feria sus enormes propiedades en la lucha contra la diabetes y otras dolencias, sin efectos secundarios y que cualquier persona puede cultivar en su casa. Iremos tratando este asunto en próximos post.

La labor que está haciendo Slow Food en La Noguera así como Som lo que Sembrem, una fuerte coordinadora catalana contra la expansión de los productos trangénicos, es impresionante pues, entre otras cosas, están impulsando una Iniciativa Legislativa Popular para declarar Cataluña libre de trangénicos. Hoy no hay un sólo grano de maíz en toda España, convencional o ecológico, que no esté contaminado por el maíz transgénico que se cultiva experimentalmente en 30 municipios de la Península Ibérica, me comentó Pàmies. “Esto provocaría la dimisión de ministros y consejeros de las diferentes administraciones en cualquier país civilizado pero en Cataluña tenemos pruebas de que la Administración está favoreciendo a las multinacionales alimentarias en vez de a los ciudadanos”. Sobre esto también iremos publicando próximamente. Sobre la segunda parte del viaje publico mañana.


J. Herráez, oncólogo: “La campaña contra el cáncer de cuello de útero es puro negocio”
Publicado el Noviembre 13, 2008 por Miguel Jara

La enorme campaña de márketing que los laboratorios Merck y GlaxoSmithKline, fabricantes de la vacuna contra el cáncer de cuello de útero, llevan a cabo para promover dicha dolencia y el uso de dicho remedio está convirtiéndose en el asunto de salud que más atención ciudadana despierta. No es para menos pues como ya comentábamos en una anterior información las dos compañías se han embarcado en un proyecto mundial de expansión del miedo para obtener cuantiosos beneficios de Gardasil y Cervarix, marca de las vacunas. Durante las últimas semanas muchas personas críticas con este preparado desean conocer más argumentos para decidir si aplicársela a sus hijas o no. Y eso es lo que de nuevo nos convoca y nos seguirá convocando en estas páginas. En medios sanitarios ha pasado desapercibida una carta que envió el oncólogo Javier Herráez al director de la revista Discovery DSalud y que fue publicada en dicha revista en septiembre pasado, en su número 108. Este profesional sanitario desgrana con sutileza la publicidad sobre la vacuna que puede encontrarse en los centros públicos de salud y obtiene afiladas conclusiones, que no deberían pasar desapercibidas.

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Cuenta Herráez que un buen día llegó al centro médico en el que trabaja y vio un montón de folletos en recepción sobre los que le explicaron que los había dejado allí “alguien de un laboratorio”. Se trataba de un folleto color naranja expandible cuyo título era: “¿Has oído? El cáncer de cuello de útero se puede prevenir”. Y en un texto más pequeño: “Consúltalo con tu médico”. En él se veían dibujos de mujeres, una de ellas hablando con una niña “muy delgadita”. En la parte baja de la primera hoja ponía: “Información importante sobre el cáncer de cuello de útero para niñas y jóvenes. Fundación MD Anderson Internacional, AEP [Asociación Española de Pediatría] y SEGO [Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia] (con los correspondientes logotipos)”.

El resto del folleto se dedicaba a hablar del cáncer de cuello de útero pero sin nombrarlo ni justificar lo que intentan promocionar. “Ya se encargarán, supongo, de promocionarlo entre todos los médicos de la AEP y SEGO”, escribía Herráez. “Lo lamentable –continuaba este médico- es que la principal intención de ese folleto es inducir el miedo. ¿Cómo? Pues con palabras del estilo de “La amenaza del…”, “Aunque las citologías periódicas pueden ayudar desgraciadamente mueren 40 mujeres al día en Europa…”, “Este virus se transmite muy fácilmente de una persona a otra”. Pero la que produce más vergüenza es esta: “Toda mujer que se infecte con el Virus del Papiloma Humano está en peligro de desarrollar este cáncer”. ¿Toda mujer? Basta leer en las fuentes médicas que la asociación entre la infección por el Virus del Papiloma Humano y el cáncer de cuello de útero es de carácter epidemiológico y se justifica por “criterios de causalidad”. Y lo que la gente corriente no entiende –ni al parecer muchos médicos- es que eso no significa que tal relación se haya probado científicamente. Por eso sólo puede considerarse a ese virus un mero “factor de riesgo” y no un factor “etiológico”. Ahora bien, un “factor de riesgo” sólo indica que el mismo puede ser causa del problema o coadyuvar a él… o no”.

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Lo que explica Javier Herráez es que un factor de riesgo no es una enfermedad. El negocio del miedo se basa en fabricar enfermedades, en asustar a la población hasta hacerla creer que está enferma. Y si no se consigue, al menos que se vacune “por si acaso”. Continúa este médico preocupado por la salud pública: “Lo singular es que en ese folleto –por no decir panfleto o pasquín- caen en su propia trampa cuando al intentar meter miedo dicen: “El 70% de hombres y mujeres entrará en contacto con el virus. Afortunadamente en el 90% de los casos el virus se elimina de forma natural”.

Es decir, que según ellos mismos sólo se infectaría un 10% del 70% de mujeres. Es decir, el 7% del total. Ahora bien, los datos oficiales indican que la tasa de incidencia en España del cáncer de cuello de útero es del 0,0072%. En otras palabras, lo sufren 7,2 de cada 100.000 mujeres. Resumiendo: dicen que de cada 100.000 personas en España entran “en contacto” con el virus 70.000 y que de ellas sólo el 10% resulta infectada porque no lo supera de forma natural. Es decir, se infectan 7.000 de cada 100.000 mujeres. Y como quiera que según sus propios datos la incidencia del cáncer de cuello de útero en nuestro país es del 0,0072 (o lo que es lo mismo, afecta a 7,2 de cada 100.000 mujeres) ello implica que sólo terminan padeciendo cáncer menos de una de cada mil infectadas. Tales son los datos oficiales. Y esa proporción de 1.000 a 1 es la que se alega para decir que existe un claro nexo de causalidad. ¡Alucinante! Me pregunto cómo con tan peregrina justificación hay médicos que se atreven a recomendar a los padres de miles de niñas que las vacunen”.

Llama la atención, como comenta el autor de la carta, que pese a ser un “panfleto” promocional de una vacuna no se cite en ningún momento el nombre de la misma. Lo lógico sería citarla hasta la saciedad pues en teoría es lo que se está vendiendo ¿no? Si el laboratorio no está vendiendo la vacuna ¿qué es lo que vende, qué pretende con ese mensaje publicitario?: “Al no mencionarse el nombre el laboratorio no puede ser denunciado. Lo que no está en cambio tan claro es que no puedan serlo los médicos que ingenuamente receten la vacuna si tiene efectos secundarios en sus pacientes infantiles”, argumenta Herráez.

El oncólogo concluye su escrito denunciando “otras dos mentiras más de ese papelillo con logotipos varios: la primera es que en él se dice textualmente que “a diferencia de muchos otros cánceres el cáncer de cuello de útero no es hereditario” cuando eso es falso ya que la inmensa mayoría de los cánceres no son hereditarios; la segunda es que el cáncer de cuello de útero “siempre está causado por el Virus del Papiloma Humano” cuando eso nadie lo ha demostrado jamás. Claro que por eso en este caso el laboratorio ni siquiera firma lo que reparte entre los médicos. Se cubre las espaldas. Y es que todo esto es puro negocio”. Javier Herráez no está solo en su crítica al negocio de la vacuna contra el cáncer de cuello de útero. Ni mucho menos.

50 organizaciones unidas contra la contaminación electromagnética: la prensa lo obvia
Publicado el Noviembre 11, 2008 por Miguel Jara

Existen muchas, muchísimas organizaciones que luchan, casi bajo cada antena de telefonía móvil, contra la contaminación electromagnética que estas generan (no sólo estas, también los propios teléfonos móviles, el WiFi y demás tecnologías inalámbricas, el cableado eléctrico, los electrodomésticos, etc). Hacía falta que se unieran y emprendieran acciones conjuntas. Es urgente denunciar e intentar poner coto al aumento exponencial que vivimos en los últimos años de este tipo de polución que no por ser invisible e inodora deja de ser muy peligrosa para nuestra salud. Dos decenas de personas en representación de más de 50 organizaciones de todo el Estado han acudido al Ministerio de Industria para hacer entrega de una carta solicitando una reunión con el ministro Miguel Sebastián.

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Esta es la buena noticia: por fin la multitud de colectivos que están trabajando en este asunto estrechan lazos. La no noticia es que pese a que se envió una nota de prensa a la cita no acudió ningún medio de comunicación, algo que no debe sorprender a los organizadores de la convocatoria dado que en crisis (financiera y ética) los editores no están dispuestos a perder los ingentes beneficios que está produciendo la industria de la contaminación electromagnética en concepto de publicidad. Veremos qué trato les ofrece Sebastián-una-de cal-otra-de-arena. Ni qué decir tiene que si emplea su tiempo en anunciar planes realizados con dinero público para allanarle el camino a la industria en su expansión de antenas en foros convocados por la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones de España (AETIC) -el “lobby feroz” de estas compañías-, también lo tendrá para atender a los ciudadanos.

Uno de los puntos fundamentales que quieren debatir estas asociaciones con Miguel Sebastián es la aplicación del principio de precaución y que modifique el Real Decreto 1066/2001 rebajando los límites de potencia hasta niveles que protejan la salud, en cumplimiento de la normativa europea.

Sanidad desoye la petición de moratoria sobre la vacuna contra el Virus Papiloma Humano
Publicado el Noviembre 5, 2008 por Miguel Jara

Desde que se supo que el Gobierno español, como tantos otros gobiernos del mundo, apoyaría el comercio de la vacuna contra el cáncer de cuello de útero de las farmacéuticas Merck y GlaxoSmithKline -fabricantes de Gardasil y Cervarix respectivamente-, muchos profesionales sanitarios coordinan una campaña que pide una moratoria en la aplicación de tan controvertido preparado. Dicha iniciativa, que entre otras medidas consiste en una declaración que puede firmar cualquier ciudadano preocupado, lleva casi 7.300 rúbricas.
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Esta es una vacuna cuestionada desde el principio por numerosas sociedades sanitarias, entre ellas: La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) o el Centre d’Anàlisi i Programes Sanitaris (CAPS), en cuya página está alojada dicha declaración y petición de moratoria. También coinciden multitud de agentes en que la decisión de vacunar contra el cáncer de cuello de útero ha sido política. Y es que si hablamos de política, habría que reconocer que casi todas las decisiones que toman las administraciones sanitarias en esta materia son políticas, más que científicas. De política económica, vaya. Y de que esta favorece intereses privados concretos. Si no, no se entiende que ya se estén vacunando con una vacuna tan dudosa y con tantas irregularidades como esta a las niñas de entre 11 y 14 años en todo el país, por no decir en todo el mundo.

Este juego de la política es muy parecido al del fútbol y su trasvase de fichajes entre equipos. Resulta que uno de los mayores impulsores de la citada moratoria y la consiguiente declaración ha sido Ildefonso Hernández-Aguado, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández, uno de los primeros firmantes del documento, como no podía ser de otra manera. El 20 de noviembre de 2007, no hace un año, Hernández participó, junto a otro responsable de dicha iniciativa pro moratoria, en una reunión con altos cargos del Ministerio de Sanidad español, entre los que se encontraba el director general de Salud Pública, Manuel Oñorbe. La reunión fue “cordial y constructiva”, como un correo de la iniciativa comentaba. Se acordaron varias medidas encaminadas a controlar de cerca la efectividad y eficiencia de estas vacunas.

El ministro de Sanidad, el profesor Bernat Soria, según indica este correo informativo procedente de la campaña pro moratoria, “manifestó estar en general de acuerdo con lo que decimos los promotores. Dependiendo del resultado electoral, habrá que seguir las acciones que adopta el Ministerio sobre la evaluación de nuevas evidencias, las políticas de cribado y las modificaciones en los sistemas de vigilancia en salud pública”.

Desde finales de abril de 2008, poco después de la reunión que comentamos, Ildefonso Hernández-Aguado es director general de Salud Pública en sustitución de Oñorbe. Éste, según el diario El Mundo, llegó al Ministerio de la mano de Fernando Lamata, ex número dos de la que fuera ministra de Sanidad y actual titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado, que no gustaba nada a la industria farmacéutica y quizá por ello no llegó a cumplir su mandato de cuatro años al frente de Sanidad (fue sustituida por Bernat Soria, que tiene muy contento a la patronal de los laboratorios en España, Farmaindustria). Sin suspicacias ¿¡eh!? Lo cierto es que las buenas lenguas comentan la jugada. Como ven, en la política también hay quien calienta banquillo y quien ficha como estrella.

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Ildefonso Hernández-Aguado. Foto: Marca

El pasado sábado un médico ofrecía una conferencia en la Feria BioCultura sobre la vacuna contra el virus del papiloma humano y aludía a “firmantes del manifiesto pro moratoria que ahora ocupan cargos políticos y se desentienden” de dicha reivindicación. Y es que mientras suena en mi ordenador el reggae de Mikey Dread “Friends And Money” me llegan, vía email, más críticas relativas a que el proceso de moratoria está en “stand by”. Vamos, parado a la espera de. “Desde el Ministerio de Sanidad no ha habido ningún gesto nuevo y las Comunidades Autónomas (CC.AA.) están vacunando. Todos contentos, incluida la Merck; en algunas CC.AA. se está trabajando en un programa de cribado del cáncer de cérvix con citología [también cuestionadas], al fin, después de décadas de desorden… empujadas por la iniciativa de petición de moratoria”, comenta una activista pro moratoria firmante de la declaración. Y es que ha pasado un tiempo prudencial desde el nombramiento de Hernández para que este médico alicantino, hombre de confianza de Soria -al que el ministro conoció en su etapa de trabajo en la Universidad Miguel Hernández y con el que mantiene una buena relación- ofrezca una alegría a las casi 7.300 personas que han dejado su firma en la declaración que él encabezó. Porque entre otros motivos, cuando sólo llevaba al Ministerio la mitad de rubricas recogidas de las que hay ahora presumía de las mismas, con lógica y orgullo, ante su predecesor en la dirección general de Salud Pública que ahora ocupa.

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El espíritu crítico y sinceramente preocupado por la salud ciudadana de Hernández no puede haberse desvanecido entre los oropeles de un Ministerio muy influido por los laboratorios. Pero como sé que el cargo que ocupa le tendrá ocupado las 25 horas del día, dado el trabajo que se acumula por la ingente cantidad de enemigos que tiene la pública salud y dado que no recordará dónde guarda el email informativo citado, le recuerdo que este destacaba “algunas experiencias en otros países que también abogan por la prudencia antes de vacunar masivamente: 5.1. Un antecedente de aplicación en la práctica de una moratoria como la que pedimos: el parlamento (“House of Delegates”) del estado de Virginia, en EEUU, decidió este enero de 2008 dejar congelado al menos hasta octubre de 2010 el programa de vacunaciones de VPH en las adolescentes (aprobado en 2007). La principal razón es que aún existe poca experiencia para asegurar la seguridad y eficacia de las vacunas; en espera de más información científica, durante este mes de febrero el Senado de Virginia decidirá si esa decisión es definitiva. 5.2. Desde junio de 2007 existe en Canadá una iniciativa parecida a la nuestra basada en la red Women’s Health Network, que ha planteado públicamente una moratoria en la aplicación de la vacuna en Canadá, cuyo gobierno ha empezado a financiar un programa de vacunación con Gardasil. 5.3. El programa de vacunación en Ontario (Canadá) está encontrando una aceptación baja, debido a las reticencias de los padres, preocupados por la seguridad de la vacuna. Menos del 50% de los padres han aceptado vacunar a sus hijas, llegando a un 28% en algunas zonas de Ontario. 5.4. En Alemania, el 31 de enero los partidos CDU/CSU (Demócrata-Cristianos) han solicitado un nuevo estudio sobre la seguridad de la vacuna, después de que hayan ocurrido dos muertes (una en Alemania y una en Austria) en chicas que la habían recibido”.

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En un artículo de Ildefonso Hernández y Miquel Porta que se ha publicado cuando el primero ya es director general de Salud Pública en el Ministerio de Sanidad español, aunque fue escrito antes de ello, argumenta: “sus efectos [los de administrar la vacuna] serán recordados durante mucho tiempo por la ciudadanía y los profesionales de la salud, pues toda decisión relativa al calendario vacunal tiene un impacto duradero en la confianza pública y en la credibilidad de las autoridades sanitarias”. Amén.

Sólo cabe preguntarse, ¿qué piensan de esto las niñas y jóvenes en edad de ser vacunadas sanas? Ahora suena el tema de The Adverts “Bored Teenagers” y entre respuesta y respuesta la inteligencia se rasca la cabeza para encontrar una buena contestación.

Elecciones USA08: Ganará el candidato de Big Pharma, Obama
Publicado el Octubre 31, 2008 por Miguel Jara

En tiempos de crisis Big Pharma, la gran industria farmacéutica, era un valor seguro. Especuladores y accionistas encontraban cobijo para sus inversiones bajo el protector manto de sus enormes beneficios (en los años noventa superaban el 20% neto). Hoy, la crisis financiera afecta al globo terráqueo, a las personas que lo habitan y también a los laboratorios que ven cómo se les junta todo: la propia crisis, la próxima pérdida de valiosas patentes -entre 2010 y 2013 expirará la protección de productos superventas-, el bajo rendimiento de su Investigación+Desarrollo y la falta de credibilidad ante el público por la falta de seguridad y eficacia de sus productos. En este escenario no es extraño que el lobby estadounidense de las farmacéuticas, la Pharmaceutical Research & Manufacturers of America (PHRMA), repartiera hace dos años, durante las últimas elecciones al Senado, 13,2 millones de dólares entre 25 demócratas y sólo tres republicanos. Durante el último cuarto de siglo, los preferidos por Big Pharma han sido los acólitos de los Bush. Pero esta vez, según lo último publicado, anuncia un 51% de su financiación para el candidato republicano John McCain y un generoso 49% para el demócrata Barack Obama. Si ya hace dos años los laboratorios invertían en los candidatos demócratas, la crisis y las promesas de cambios “radicales” en el sistema sanitario que realiza Obama les hace pensar en un cambio en el modelo de negocio, más a la europea, más “social”, así, entre comillas pues tratándose de los negocios de Big Pharma y los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, los conceptos carecen de significados profundos.

Gane quien gane la industria estará descontenta, auguran algunos especialistas en este tipo de análisis. De ahí que apueste a las dos caras de la moneda. “Hay quien opina que las cotizaciones actuales ya descuentan este posible desenlace y que tal vez sea una buena inversión comprar ahora títulos si anticipamos que se volverá a repetir lo que ya aconteció con Bill Clinton, quien mientras que durante su campaña de 1992 arremetió contra la industria, durante su mandato apenas hizo cambios”, recordaba hace unos meses Miguel Ángel Tovar en El Global. McCain ha defendido públicamente que los ciudadanos norteamericanos puedan importar medicamentos de Canadá dado el altísimo precio que tienen en EE.UU. Obama apoya la cobertura sanitaria universal y la libertad de elección de los asegurados, los mismos principios que ya contenía el primer plan de salud elaborado por Hillary Clinton cuando gobernaba su esposo, por cierto. Ambos candidatos son partidarios además de introducir medidas para promover la utilización de genéricos y una regulación gubernamental de precios. En EE.UU., aunque a los europeos nos parezca increíble, existen 47 millones de habitantes –de los 309 que viven en el país– que carecen de seguro de salud, y 9 millones son niños. Las primas de seguro han crecido cuatro veces más que los salarios durante los últimos seis años. Obama ha explicado en varias ocasiones que quiere acabar con esto. Propone hacer cambios consensuados con las aseguradoras y la industria farmacéutica, que se establezca un sistema de acceso fácil y barato al seguro médico y que en el caso de los niños cubra a todos.

Sea como fuere, el pasado puede servirnos para hacernos una idea del poder de decisión de los grandes laboratorios en la política estadounidense y, por ello, mundial. ¿Qué sucedió en las últimas elecciones USA04, hace cuatro años? La industria farmacéutica tenía bien definido su candidato antes de dichas elecciones presidenciales de EE.UU. de noviembre de 2004. Su apuesta, en la que jugó miles de millones de dólares, fue una suerte de Partido Demócrata Republicano de George Bush-John Kerry. No podía ser de otra manera, el conglomerado sanitario, como la banca en el particular juego de la vida, siempre gana. Financiar partidos vencedores es una vieja costumbre del Nuevo Orden Mundial. Venció de nuevo Bush, el candidato que más dinero ha recibido del lobby que gestiona la enfermedad. Para hacernos una idea del poder de influencia de la industria farmacéutica en las elecciones de EE.UU. podemos observar lo sucedido en los comicios parciales celebrados en noviembre de 2002, en los que el Partido Republicano consiguió la mayoría absoluta en el Senado y aumentó la que ya tenía en la Cámara de Representantes.

Para la campaña de aquellos comicios de 2002, los candidatos republicanos al Congreso de Estados Unidos recibieron más de 30.000.000 $ provenientes de las compañías farmacéuticas. Los laboratorios que más contribuyeron fueron Lilly, Bristol-Myers Squibb, Pfizer y GlaxoSmithKline. En aquellos momentos, las corporaciones deseaban vencer la resistencia de algunos legisladores que intentaban rebajar el precio de los fármacos dispensados con receta. Al menos en parte, tras la victoria del Partido Republicano, el lobby farmacéutico se salió con la suya. Nunca antes este sector industrial había acumulado tanto poder. Este fortísimo grupo de presión es generoso con el Gobierno Bush y lo ha apoyado en proporción a los dividendos que le reporta legislando a su favor.

Frank Clemente, responsable de la agrupación de Vigilancia del Congreso de Public Citizen, ha afirmado basándose en un informe de esta organización: “Durante un año en el que se habló mucho de sacrificarse por el interés nacional, los laboratorios aumentaron sus sorprendentes beneficios subiendo el precio de las recetas, lanzando para algunos remedios más publicidad que las zapatillas Nike, y haciendo lobby exitosamente para lograr lucrativas prórrogas de patentes monopolistas”. La industria de la salud y la enfermedad registró una de sus mejores victorias como grupo de presión con la aprobación de una de las leyes más importantes gestionadas por el Congreso en era demócrata. Durante la creación de la Oficina de Seguridad Nacional, Dick Armey, entonces antiguo líder de la mayoría republicana del Congreso, logró que se ratificara una nueva norma ante el despiste general, ya que ni los propios senadores de su partido la conocían. Esta exime a la industria de responsabilidades legales en caso de que alguna vacuna defectuosa provoque daños en las personas. Armey es uno de los responsables del bufete de abogados que tramitó la concesión de la Medalla del Congreso de Estados Unidos al ex presidente español José María Aznar. El estadounidense es uno de los tiburones de Bush que está tomando parte en el saqueo de Iraq a través del denominado Grupo de Trabajo Iraquí, dirigido por el influyente lobby de Washington Piper Rudnick. Le acompañan dos senadores demócratas, George Mitchell y William Cohen, antiguo secretario de Defensa de Bill Clinton.

Open Secrets, una fuente de información electrónica del Centro para la Política Responsable sobre asuntos financieros, ha indicado que la decisión tomad sobre los efectos adversos de las vacunas favorece a Lilly, que como hemos mencionado es una de las corporaciones que más ha gastado en ayudar a los republicanos, con 1,6 millones de dólares. Lilly tenía entonces varias demandas pendientes porque sus vacunas, como tantas otras comercializadas durante los últimos decenios, contienen o contenían timerosal, un conservante a base de mercurio que puede provocar autismo. Toda vez que han cumplido su objetivo de aupar a la mayoría absoluta del Senado al Partido Republicano las multinacionales farmacéuticas estadounidenses han recuperado la inversión realizada. Otra de las grandes preocupaciones de la industria es modificar la legislación sobre las prescripciones de 40 millones de ancianos y perceptores de la ayuda pública del Medicare (la asitencia médica básica en EE.UU.). El sector farmacéutico ha presionado durante los últimos años porque teme que haya un control de precios y que se elaboren listas de medicamentos genéricos beneficiados, como ahora proponen ambos candidatos a la presidencia. La batalla se ha centrado en que no se aprueben con rapidez estos, que se impida la compra de medicinas baratas en Canadá o México, se prohíban los anuncios de dichos productos y no se limiten las demandas por daños.

Todo esto puede cambiar con la llegada de Obama o puede que ocurra como en los años noventa, cuando los demócratas prometieron reformas similares y acabaron vendiéndose a Big Pharma. Para esto, la industria apostó por la llegada de los demócratas al Senado y ahora ha repartido su presupuesto para “colocar” presidente a partes casi iguales entre los dos candidatos McCain y Obama.

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