El atentado supuestamente cometido por ETA contra Isaías Carrasco, dos días antes de las elecciones generales de 2008, fue muy beneficioso para los dos grandes partidos políticos (PP, PSOE), pues consiguió polarizar el voto en torno a las 2 formaciones (obteniedo, entre ambas, 322 de los 350 diputados del Parlamento), logrando de esta forma consolidar el bipartidismo en España. Un bipartidismo con el que desde hace tiempo soñaban los grandes grupos financieros, para llevar a cabo, sin ningún tipo de oposición parlamentaria, medidas políticas en favor de sus intereses económicos, pues estos grupo financieros son quienes realmente manejan al PSOE-PP. Además seguía siendo una justificación para ilegalizar y criminalizar formaciones políticas "molestas", como ANV que se oponía, en el País Vasco, a ese lucrativo proyecto empresarial de la oligarquía español, llamado Tren de Alta Velocidad
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