miércoles, 30 de diciembre de 2009

Microburguesía Low Cost. Adiós clase media , adiós.GEAB 40

Microburguesía low cost. Por Marc Vidal.

Hace pocos días Cáritas emitió su informe anual. Refleja lo que ya sabíamos. Una ingente masa humana que hasta hace poco se las daba de rico plastificado ahora le toca ejercer de miserable con hipoteca. Como siempre, las comparaciones inmediatas esconden la cruda realidad pues debe hacerse con mayor proyección. La crisis económica ha puesto a más de 800.000 personas en las listas de atención de la entidad de la Iglesia Católica en lo que llevamos de año. Como decía, la comparación inmediata esconde la crudeza del asunto. Es cierto que en 2008 ese número era de la mitad, pero hace dos años era tan solo una cuarta parte. Pero si los números brutos dan miedo, los porcentajes son peores.

Resulta que el 36% de los atendidos son personas que acudieron por primera vez. Si abrimos el diafragma un par de años la tasa es siniestra. La mitad de los ciudadanos que han accedido a los servicios ofertados por Cáritas desde 2007 ni siquiera sabían donde estaban esos puntos de ayuda. Una nueva pobreza está inoculando el sistema. Una nueva clase social subvencionada y soportada por herramientas privadas o religiosas que suman lo necesario para que en este país nadie se muera de hambre. Un nuevo estigma socioeconómico compuesto por familias jóvenes monoparentales, con el paro vencido, niños pequeños y con deudas de todo tipo incluyendo tarjetas y créditos al consumo que han ido inflándose con los primeros impagos.

Una sociedad que se está empobreciendo y que, en su miseria, esconde la ineficacia de los estímulos ofertados por la administración. El círculo se va cerrando y toda la metodología que planteaba recuperar un modelo consumista se muestra operativa a corto pero terrible a medio plazo. Es como recoger la mierda con la mano. Toda esa “recuperación” que vamos a tener que digerir durante los primeros meses de 2010 es sólo eso, una “recuperación de un modelo perverso anterior”. Recuperar el consumo exagerado, el gasto especulativo y el crédito desbocado no modifica el sistema que nos ha ido sodomizando poco a poco. En países como el nuestro toda la recuperación depende de “recuperar” la construcción como motor. Menuda recuperación.

En diferentes medidas, pero con parámetros similares, muchos de esos países que ahora reflejan cifras de mejora aparente, también tienen cada vez más capas de empobrecimiento enquistando. Por ejemplo, en Estados Unidos casi 40 millones de personas viven de unos cupones que garantizan alimentos básicos. Incluso algunos comerciantes norteamericanos disponen anuncios en sus tiendas aceptando esos papelitos del subsidio mínimo a fin de acumularlos ellos mismos por si los precisan en el futuro. Es como una nueva moneda en el curso de la pobreza del país más rico del mundo. Atentos.

Y aquí seguimos combustionando cuatro tipos de pobrezas. Por un lado la que ya he descrito, la que proviene del desempleo medio. Una segunda capa de pobreza incipiente es la que constituyen los jóvenes trabajadores e inmigrantes sin contratos cuyo sueldo es tan bajo que sería un insulto llamarlos mileuristas. No alcanzan las necesidades básicas y son atendidos también en la beneficiencia. El tercer grupo es el de la pobreza estructural formada por ancianos y viudas con pensiones ridículas. Finalmente, la cuarta tipología de pobres proviene de una capa de pobres que aun no se ha evidenciado y que se compone de gente muy joven que en estos momentos ni siquiera tiene idea de lo miserables que son. Bajo el amparo de sus padres y de la sociedad del consumo en rebajas constante sus vidas transcurren en una especia de paraíso capitalista maquillado. Son la microburguesía low cost.

El panorama no invita a la tranquilidad. Todo lo contrario. Uno de cada cinco atendidos en las entidades de ayuda privada o religiosa de este país viene expulsado del sistema público.Las listas de espera para acceder a los servicios de ayuda que dependen de la administración superan el medio año. Las previsiones se han desbordado y nada hace pensar que vaya a poder reducirse la demanda de esta nueva pobreza. Cada día son más los expulsados de una sociedad engordada a golpe de visa oro. Aun faltan muchos por incorporarse a esta merienda de pan con pan.

Los parados sin subsidio, los de los 420 humillantes euros, los EREs, las quiebras y la deuda privada fuera de todo límite irán sumando individuos a esas cifras publicadas por Cáritas y otros organismos de ayuda privada. El Estado esconde la tasa de pobreza real de este país, pero esos números van suministrando el veneno necesario para que, por mucho que se estimule la economía, cada vez haya menos masa real para que las medidas sean eficientes. A medida que pasa el tiempo un mayor número de personas dependen del servicio público y menos del estímulo público para, por ejemplo, emprender.

Ahora que medio planeta busca como volver a encauzar el modelo de crecimiento asemejando lo nuevo a lo viejo, la fotografía de miles de personas que hace unos meses pasaba sus vacaciones en la cubierta de un crucero se ha tostado de color y ha pasado a ser la caricatura triste de una realidad insistente. Muchos pensaron que la tormenta no iba con ellos. Es el conocido “síndrome Buenos Aires”, aquel que describe como los argentinos consumían enloquecidamente productos de lujo pocas horas antes del decreto de corralito cuando éste era un secreto a voces.

Lo peor es que el Estado pretenderá hacernos creer que esto es pasajero, que no es tan grave y que las políticas sociales procurarán el bienestar de todos. Eso pronto no lo podrá garantizar nadie. Sin entrar en términos econométricos, solo de pura lógica, un gobierno centrado en acometer las gigantescas necesidades de la sociedad empobrecida velozmente, no puede afrontar políticas que reviertan la tendencia a tiempo real.

Contra el coste de todo este barrizal se expone lo que debe la administración autonómica que ya roza los 90.000 millones, la morosidad bancaria que el Estado cubrirá tarde o temprano y que alcanza los 87.000 euros, la deuda pública emitida que supera el 30% del PIB y el propio déficit estructural. En definitiva, mientras el gasto público aumenta y lo hace fuera de todo control, el requerimiento de soporte de la administración sobre una clase media cada vez más pobre se agranda sin mesura. Esto ya tiene poco que ver con el ministerio de Economía, pronto tendrá que ver con el de Interior y el de Defensa.

http://www.cotizalia.com/salida-emergencia/microburguesia-20091223.html

Adiós clase media , adiós.

Pero parece que la clase media está en peligro o, al menos, en franca decadencia. Eso piensan muchos sociólogos, economistas, periodistas y, lo que es más grave, cada vez más estadísticos. Como los dinosaurios, esta "clase social de tenderos" -como la calificaban despectivamente los aristócratas de principios de siglo XX- aún domina la sociedad, pero la actual recesión puede ser el meteorito que la borre de la faz de la Tierra. Siguiendo con la metáfora, el proceso no será instantáneo sino prolongado en el tiempo, pero inevitable. La nueva clase dominante que la sustituya bien pudieran ser los pujantes mileuristas, los que ganan mil euros al mes. Tal y como sucedió cuando los mamíferos sustituyeron a sus gigantes antecesores, los mileuristas tienen una mayor capacidad de adaptación a circunstancias difíciles. También se adaptan los pobres, pero no dejan de ser excluidos, mientras que los mileuristas son integradores de la masa social. Por eso se están extendiendo por todas las sociedades desarrolladas.

El mileurismo -un término inventando por la estudiante Carolina Alguacil, que escribió una carta al director de EL PAÍS en agosto de 2005 para quejarse de su situación laboral- ha dejado de ser un terreno exclusivo para jóvenes universitarios recién licenciados que tienen que aceptar bajos salarios para hacerse con un currículo laboral. En los últimos años ha incorporado a obreros cualificados, parados de larga duración, inmigrantes, empleados, cuarentones expulsados del mercado laboral y hasta prejubilados. Se estima que en España pueden alcanzar en torno a los doce millones de personas.

Su popularidad es tan creciente que ya hay varios libros dedicados exclusivamente a los mileuristas, tienen web propia y hasta película. Se llama Generazione 1.000 euro, una producción italiana que se acaba de estrenar. Cuenta la historia de un joven licenciado en matemáticas que malvive en una empresa de mercadotecnia y se enamora de otra mileurista. Basa su argumento en el libro con el mismo título que triunfó gracias a las descargas gratuitas de Internet (la gratuidad de la Red es una de las pocas válvulas de escape de los mileuristas).

Hasta los políticos comienzan a mirar hacia ellos. Las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el debate del estado de la nación, aunque luego descafeinadas, parecen ser las primeras especialmente diseñadas para mileuristas: equiparar las ayudas al alquiler, eliminar para las rentas medias la desgravación de la vivienda (¡el pisito, icono de la clase media española!), bonos de transportes desgravables y, sobre todo, máster gratis sin límite para graduados en paro. Másteres, estudios de posgrado, doctorados, idiomas..., el signo de identidad de esta generación Peter Pan, dicen que la mejor preparada de la historia pero cuya edad media de emancipación del hogar familiar está a punto de alcanzar los 30 años.

La estadística da cuenta cada vez de forma más fehaciente de la pujanza del mileurismo frente a la bendita clase media. Uno de los datos más reveladores se encuentra en la Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE), un informe cuatrienal pero que desnuda la realidad sociolaboral como ninguna otra. Según la misma, el sueldo medio en España en 2006 (última vez que se realizó) era de 19.680 euros al año. Cuatro años antes, en 2002, era de 19.802 euros. Es decir, que en el periodo de mayor bonanza de la economía española, los sueldos no sólo no crecieron, sino que cayeron, más aún si se tiene en cuenta la inflación.

Si nos remontamos a 1995, la primera vez que se llevó a cabo la encuesta, la comparación es aún más desoladora. El salario medio en 1995 era de 16.762 euros, por lo que para adecuarse a la subida de precios experimentada en la última década, ahora tendría que situarse en torno a los 24.000 euros. Se trata del sueldo medio, que incluye el de los que más ganan. Por eso convendría tener en cuenta otro dato más esclarecedor: la mitad de los españoles gana menos de 15.760 euros al año, es decir, son mileuristas.

Los sueldos se han desplomado pese a la prosperidad económica e independientemente del signo político del partido en el poder en los últimos años (desde 1995 han gobernado sucesivamente PSOE, PP y nuevamente PSOE). La riqueza creada en todos esos años ha ido a incrementar principalmente las llamadas rentas del capital.

Algunos dan definitivamente por muerta la clase media. Es el caso del periodista Massimo Gaggi y del economista Eduardo Narduzzi, que en su libro El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste (Lengua de Trapo) vaticinaban la aparición de un nuevo sistema social polarizado, con una clase tecnócrata reducida y crecientemente más rica en un extremo, y en el otro un "magma social" desclasado en que se confunden las antiguas clases media y baja, definidas por una capacidad de consumo muy limitado, a imagen y semejanza de los productos y servicios que les ofrecen las compañías low cost (bajo coste) como Ikea, Ryanair, Mc Donald's, Zara o Skype.

"Nosotros hablábamos de la aparición de una clase de la masa, es decir, de una dimensión social sin clasificación que de hecho contiene todas las categorías, con excepción de los pobres, que están excluidos, y de los nuevos aristócratas. La clase media era la accionista de financiación del Estado de bienestar, y su desaparición implica la crisis del welfare state, porque la clase de la masa ya no tiene interés en permitir impuestos elevados como contrapartida política que hay que conceder a la clase obrera, que también se ha visto en buena parte absorbida por la clase de la masa. La sociedad que surge es menos estable y, como denunciábamos, potencialmente más atraída por las alarmas políticas reaccionarias capaces de intercambiar mayor bienestar por menos democracia. También es una sociedad sin una clara identidad de valores compartidos, por lo tanto, es oportunista, consumista y sin proyectos a largo plazo", señalan los autores a EL PAÍS.

El declive de la clase media se extiende por todo el mundo desarrollado. En Alemania, por ejemplo, un informe de McKinsey publicado en mayo del año pasado, cuando lo peor de la crisis estaba aún por llegar, revelaba que la clase media -definida por todos aquellos que ganan entre el 70% y el 150% de la media de ingresos del país- había pasado de representar el 62% de la población en 2000 al 54%, y estimaba que para 2020 estaría muy por debajo del 50%.

En Francia, donde los mileuristas se denominan babylosers (bebés perdedores), el paro entre los licenciados universitarios ha pasado del 6% en 1973 al 30% actual. Y les separa un abismo salarial respecto a la generación de Mayo del 68, la que hizo la revolución: los jóvenes trabajadores que tiraban adoquines y contaban entonces con 30 años o menos sólo ganaban un 14% menos que sus compañeros de 50 años; ahora, la diferencia es del 40%. En Grecia, los mileuristas están aún peor, ya que su poder adquisitivo sólo alcanza para que les llamen "la generación de los 700 euros".

En Estados Unidos, el fenómeno se asocia metafóricamente a Wal-Mart, la mayor cadena de distribución comercial del mundo, que da empleo a 1,3 millones de personas, aplicando una política de bajos precios a costa de salarios ínfimos -la hora se paga un 65% por debajo de la media del país-, sin apenas beneficios sociales y con importaciones masivas de productos extranjeros baratos procedentes de mercados emergentes, que están hundiendo la industria nacional. La walmartización de Estados Unidos ha sido denunciada en la anterior campaña presidencial tanto por los demócratas como por los republicanos. El presidente Barak Obama creó por decreto la Middle Class Task Force, el grupo de trabajo de la clase media, que integra a varias agencias federales con el objeto de aliviar la situación de un grupo social al que dicen pertenecer el 78% de los estadounidenses. El grupo tiene su propia página web y su lema: "Una clase media fuerte es una América fuerte".

Hacen falta más que lemas para salir de la espiral que ha creado la recesión y que arrastra en su vórtice a una clase media debilitada hacia el mileurismo o tal vez más abajo. En Nueva York, 1,3 millones de personas se apuntaron a la sopa boba de los comedores sociales en 2007. Apenas un año después, tres millones de neoyorquinos eran oficialmente pobres. Los pobres limpios, como se denomina a los que han descendido desde la clase media, también comienzan a saturar los servicios sociales en España. Las peticiones de ayuda en Cáritas han aumentado un 40%, y el perfil social del demandante empieza a cambiar: padre de familia, varón, en paro, 40 años, con hipoteca, que vive al día y que ha agotado las prestaciones familiares.

Con el propósito de tranquilizar a la población, los dirigentes han comenzado a hablar de "brotes verdes" para designar los primeros signos de recuperación. Pero ésta no es una crisis cualquiera. Howard Davidowitz, economista y presidente de una exitosa consultora, se ha convertido en una estrella mediática en Estados Unidos al fustigar sin piedad el optimismo de la Administración de Obama. "Estamos hechos un lío y el consumidor es lo suficientemente listo para saberlo. Con este panorama económico, el consumidor que no se haya petrificado es que es un maldito idiota. Esta crisis hará retroceder al país al menos diez años y la calidad de la vida nunca volverá a ser la misma".

La marcada frontera que separaba la clase media de la exclusión y de los pobres se está derrumbando a golpes de pica como lo hizo el muro de Berlín, y algunos se preguntan si tal vez la caída del telón de acero no haya marcado el inicio del fin de conquistas sociales y laborales que costaron siglos (y tanta sangre), una vez que el capitalismo se encontró de repente sin enemigo.

Al margen de especulaciones históricas, lo cierto es que la desigualdad crece. En España, la Encuesta de Condiciones de Vida, realizada en 2007 por el INE, señalaba que casi 20 de cada 100 personas estaban por debajo del umbral de la pobreza. El último informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en España, de Cáritas, resaltaba que hay un 12,2% de hogares "pobres integrados", esto es, sectores integrados socialmente pero con ingresos insuficientes y con alto riesgo de engrosar las listas de la exclusión. Su futuro es más incierto que nunca, y muchos hablan de un lento proceso de desintegración del actual Estado de bienestar.

Otros expertos son mucho más optimistas y descartan que se pueda hablar del fin de clase media. "Es una afirmación excesivamente simplista que obvia algunos de los grandes avances que ha registrado la sociedad española en el largo plazo. Las crisis comienzan perjudicando a los hogares con menores ingresos y menor nivel formativo, para extender posteriormente sus efectos al resto de grupos. Y aunque mantenemos niveles de desigualdad considerablemente elevados en el contexto europeo estamos todavía lejos de ser una sociedad dual", señala Luis Ayala, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos y uno de los autores del informe FOESSA.

El catedrático de Estructura Económica Santiago Niño Becerra ha saltado a la fama editorial por su libro El crash de 2010 (Los Libros del Lince), en el que afirma que la crisis no ha hecho más que empezar y que será larga y dura. A la pregunta de cómo va a afectar esta debacle a la clase media, contesta: "El modelo de protección social que hemos conocido tiende a menos-menos porque ya ha dejado de ser necesario, al igual que lo ha dejado de ser la clase media: ambos han cumplido su función. La clase media actual fue inventada tras la II Guerra Mundial en un entorno posbélico, con la memoria aún muy fresca de la miseria vivida durante la Gran Depresión y con una Europa deshecha y con 50 millones de desplazados, y lo más importante: con un modelo prometiendo el paraíso desde la otra orilla del Elba. La respuesta del capitalismo fue muy inteligente (en realidad fue la única posible, como suele suceder): el Estado se metió en la economía, se propició el pleno empleo de los factores productivos, la población se puso a consumir, a ahorrar y, ¡tachín!, apareció la clase media, que empezó a votar lo correcto: una socialdemocracia light y una democracia cristiana conveniente; para acabar de completar la jugada, esa gente tenía que sentirse segura, de modo que no desease más de lo que se le diese pero de forma que eso fuese mucho en comparación con lo que había tenido: sanidad, pensiones, enseñanza, gasto social... que financiaban con sus impuestos y con la pequeña parte que pagaban los ricos (para ellos se inventaron los paraísos fiscales). Todo eso ya no es necesario: ni nadie promete nada desde la otra orilla del Elba, ni hay que convencer a nadie de nada, ni hay que proteger a la población de nada: hay lo que hay y habrá lo que habrá, y punto. Por eso tampoco son ya necesarios los paraísos fiscales: ¿qué impuestos directos van a tener que dejar de pagar los ricos si muchos de ellos van a desaparecer y si la mayoría de los impuestos de los que quieren escapar van a ser sustituidos por gravámenes indirectos?".

Y es que frente a la extendida idea de que la mejor forma de favorecer el bienestar es conseguir altas tasas de crecimiento y de creación de empleo, en los momentos de máxima creación de empleo la desigualdad no disminuyó. Al contrario, desde el primer tercio de los años noventa la pobreza no ha decrecido. Los salarios crecen menos que el PIB per cápita. El último informe mundial de salarios de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) destaca que entre 2001 y 2007 crecieron menos del 1,9% en la mitad de los países. En España, el aumento real fue casi cero, como en Japón y Estados Unidos. Para 2009, la OIT pronostica que los salarios crecerán sólo un 0,5%.

En España hay un dato aún más revelador del vértigo que siente la clase media cuando se asoma al abismo de inseguridad que le ofrece esta nueva etapa del capitalismo. El número de familias que tiene a todos sus miembros en paro ha sobrepasado el millón. Y peor aún, la tasa de paro de la persona de referencia del hogar -la que aporta más fondos y tiene el trabajo más estable- está ya en el 14,5%, muy similar a la del cónyuge o pareja (14,4%), cuyo sueldo se toma como un ingreso extra, mientras que la de los hijos se ha disparado cinco puntos en el primer trimestre y está en el 26,8%.

Luis Ayala constata que, por primera vez desde mediados de los años noventa, al inicio de esta crisis hemos asistido a tres cambios claramente diferenciales respecto al modelo distributivo en vigor en las tres décadas anteriores: la desigualdad y la pobreza dejaron de reducirse (aunque no aumentaron) por primera vez desde los años sesenta; por primera vez en muchos años la desigualdad no disminuyó en un contexto de crecimiento económico, y a diferencia de lo que sucedió con la mayoría de los indicadores macroeconómicos (PIB per cápita, déficit público, desempleo, etcétera), durante este periodo se amplió el diferencial con la UE desde el punto de vista de desigualad.

"Si en un tiempo de mareas altas no disminuyó la desigualdad, cabe contemplar con certeza su posible aumento en un periodo de mareas bajas. La evidencia que muestran varios estudios de cierta conexión entre determinadas manifestaciones del desempleo y la desigualdad y la pobreza obligan, inevitablemente, a pensar en un rápido aumento de la desigualdad y de las necesidades sociales. Así, tanto el número de hogares en los que todos los activos están en paro como la tasa de paro de la persona principal del hogar son variables más relacionadas con la desigualdad que los cambios en las cifras agregadas de empleo. La información más reciente que ofrece la EPA deja pocas dudas: en ninguno de los episodios recesivos anteriores crecieron tan rápido ambos indicadores, por lo que cabe pensar en aumentos de la desigualdad y de la pobreza monetaria muy superiores a los de cualquier otro momento del periodo democrático", afirma Ayala.

En efecto, estos datos demolen en parte el viejo bastión español frente a la crisis: el colchón familiar. ¿Cómo van a ayudar los padres a los hijos si comienzan a ser los grandes protagonistas del drama del desempleo? El profesor Josep Pijoan-Mas, del Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI), en el artículo Recesión y crisis (EL PAÍS, 15 de marzo), observaba una preocupante similitud entre esta recesión y la de 1991-1994, cuando el paro trepó hasta el 24%. "Los datos muestran que el aumento de la desigualdad en el ámbito individual se amplifica cuando agrupamos los datos por hogares. Esto sugiere que, contrariamente a la creencia popular, la familia no es un buen mecanismo de seguro en España: cuando un miembro del hogar experimenta descensos de renta, lo mismo sucede al resto de miembros del hogar", indica.

Afirmar a simple vista que, por primera vez desde la II Guerra Mundial (la Guerra Civil en España), las nuevas generaciones vivirán peor que la de sus padres puede parecer osado. Nunca tantos jóvenes estudiaron en el extranjero (gracias a las becas Erasmus), viajaron tanto (gracias a las aerolíneas low cost) o prolongaron tanto su formación. Pero se trata de una sensación de riqueza ilusoria, apegada al parasitismo familiar. El número de jóvenes españoles que dispone de una independencia económica plena disminuyó desde el 24% en 2004 al 21% en 2008, según el último informe del Instituto de la Juventud (Injuve). El proceso es general en toda Europa. El número de "viejos estudiantes" ha crecido a un ritmo vertiginoso en los últimos años. Así, el 15% del total de estudiantes de la Unión Europea (entendiendo por tales los que dedican todo su tiempo a la formación) tiene ya más de 30 años, según el Informe de la Juventud de la Comisión Europea de abril pasado.

Cuando esos maduros estudiantes se incorporan al mercado laboral les esperan contratos temporales, tal vez para siempre. Y es que según el informe de la UE, el porcentaje de personas que tenía un contrato temporal y no podía encontrar uno fijo se incrementa con la edad. Del 37%, entre los 15 a los 24 años, hasta el 65%, entre los 25 los 29. Atrapados en la temporalidad de por vida, van desengañándose de encontrar algo mejor a medida que envejecen. Muchos cuando rondan la treintena ya están resignados a su suerte.

"Desde luego es la generación que menos periodos de adultez va a tener. Pueden entrar en el mercado laboral a los 33 años y encontrarse con un ERE a los 50 o directamente con la prejubilación. El problema es que ofertamos puestos de trabajo que puede hacer cualquiera. Por eso, curiosamente, los jóvenes van a responder a la crisis dependiendo de las posibilidades que tengan de esperar y formarse adecuadamente. Y en eso es decisivo el poder adquisitivo de los padres y su nivel educativo", señala el sociólogo Andreu López, uno de los autores del último informe de Injuve.

El drama laboral no sólo lo sufren los jóvenes. Puede que los miles de trabajadores que están perdiendo su empleo vuelvan al mercado laboral cuando la crisis escampe, pero no con las mismas condiciones. Por ejemplo, la ingente masa laboral de la construcción que ha sostenido la economía española deberá ocuparse en otros sectores. "Todo lo que aprendieron a hacer trabajando en los últimos años les valdrá de poco o nada. Por tanto, no es de esperar que sus salarios sean muy altos cuando encuentren nuevos empleos. De hecho, la evidencia empírica disponible para Estados Unidos muestra que los desempleados ganan menos cuando salen de un periodo de desempleo y que dicha pérdida salarial es mayor cuanto más largo ha sido el periodo de desempleo", indicaba el profesor Pijoan-Mas.

Los gobernantes han encontrado un bálsamo de Fierabrás contra el paro y la precariedad laboral: innovación y ecología. Los empleos que nos sacarán de la crisis estarán basados en el I+D+i. Es lo que Zapatero ha llamado el nuevo modelo productivo. Sin contar con que los sectores tecnológicos no son muy intensivos en mano de obra, la premisa parte en cierta forma de una falacia: la de pensar que los países emergentes se quedaran parados mientras convertimos los cortijos andaluces en factorías de chips ultraconductores y laboratorios genéticos.

La globalización también ha llegado al I+D+i. La India, por ejemplo, produce 350.000 ingenieros al año (los mejores en software de todo el mundo), anglófonos y con un salario medio de 15.000 dólares al año, frente a los 90.000 que ganan en Estados Unidos. Por su parte, China está a punto de convertirse en el segundo inversor mundial en I+D. "Cuando despertemos de la crisis en Europa, descubriremos que en la India y en China producen muchas más cosas que antes", avisa Michele Boldrin, catedrático de la Washington University.

Ante este clima de inseguridad y falta de perspectivas, no es de extrañar que el 45,8% de los parados esté considerando opositar y el 14,6% ya esté preparando los exámenes, según una encuesta de Adecco. Ser funcionario se ha convertido en el sueño laboral de cualquier español, y puede ser el último reducto de la clase media. El único peligro es que su factura es crecientemente alta para un país en el que se desploman los ingresos por cotizaciones sociales y por impuestos ligados a la actividad y a la renta. La última EPA refleja que los asalariados públicos han crecido en un año en 116.200 personas, sobrepasando por primera vez la cifra de tres millones.

El coste total de sus salarios alcanzará este año los 103.285 millones de euros, según datos del Ministerio de Política Territorial. Cada funcionario le cuesta a cada habitante 2.400 euros, el doble si consideramos sólo a los asalariados. ¿Puede permitirse una economía tan maltrecha una nómina pública que consume el equivalente al 10% de la riqueza nacional en un año?

Un panorama tan sombrío para amplias capas de la población puede sugerir que pronto se vivirán enormes convulsiones sociales. Algunos advierten de un resurgimiento de movimientos radicales, como el neofascismo. Por el momento, nada de eso se ha producido. Las huelgas generales convocadas por los sindicatos tradicionales en países como Francia o Italia no han tenido consecuencia alguna, porque los más damnificados -parados y mileuristas- no se sienten representados por ellos.

En España, ni siquiera se han convocado paros. Y los llamados sindicatos de clase van de la mano del Gobierno al Primero de Mayo e invitan al líder de la oposición a sus congresos. Un marco demasiado amigable con el poder político teniendo detrás cuatro millones de parados y casi un tercio de los asalariados con contrato temporal.

Puede que no sea muy romántico advertir de que, tampoco esta vez, seremos testigos de una revolución, pero es muy probable que la caída del bienestar se acepte con resignación, sin grandes algaradas, ante la indiferencia del poder político, que llevará sus pasos hacia la política-espectáculo, muy en la línea de algunas apariciones de Silvio Berlusconi o Nicolas Sarkozy, cuya vida social tiene más protagonismo en los medios de comunicación que las medidas que adoptan como responsables de Gobierno.

En esa línea, Santiago Niño Becerra considera que hoy por hoy "la ideología prácticamente ha muerto", y gradualmente, evolucionaremos hacia un sistema político en el que un grupo de técnicos tomará las decisiones y "la gente, la población, cada vez tendrá menos protagonismo.

"Conceptos como funcionarios, jubilados, desempleados, subempleados, mileuristas, undermileuristas irán perdiendo significado. Con bastante aceleración se irá formando un grupo de personas necesarias que contribuirán a la generación de un PIB cuyo volumen total decrecerá en relación al momento actual, personas con una muy alta productividad y una elevada remuneración (razón por la cual su PIB per cápita será mucho más elevado que el actual), y el resto, un resto bastante homogéneo, con empleos temporales cuando sean necesarios, dotados de un subsidio de subsistencia (el nombre poco importa) que cubra sus necesidades mínimas a fin de complementar sus ingresos laborales. La recuperación vendrá por el lado de la productividad, de la eficiencia, de la tecnología necesaria; pero en ese trinomio muy poco factor trabajo es preciso. Pienso que la sociedad post crash será una sociedad de insiders y outsiders: de quienes son necesarios para generar PIB y de quienes son complementarios o innecesarios".

Una impresión bastante similar a la de los italianos Gaggi y Narduzzi que, en su último libro, El pleno desempleo (Lengua de Trapo, 2009), dibujan un marco sociolaboral sin beneficios contractuales, baby boomers (la generación que ahora tiene entre 40 y 60 años) resistiéndose a jubilarse, contratos temporales de servicios y autónomos sin seguridad. Y pese a todo, una masa social amorfa y resignada.

"La masa del siglo XXI es una forma social figurada no material en el sentido de que no es fácil ver las concretas manifestaciones políticas o sociales en la calle, mientras que es normal identificar conductas o comportamientos masificados como la utilización de Google o la pasión por el iPhone. Esto significa que cuatro millones de desempleados son hoy menos peligrosos de lo que lo eran en 1929, porque no hay una ideología política que contextualmente cohesione y aglutine el malestar y la disensión. Y también los sindicatos se han debilitado. La crisis actual rechaza amablemente lo que decíamos en nuestro ensayo del año pasado: el mercado de trabajo se desestructura y se flexibiliza hasta el punto de que aparecen como desocupados de hecho la mayoría de los trabajadores. Es el triunfo del factor de la producción capital, que aparentemente está en crisis, pero que en realidad se aprovecha de la crisis para dar el empujón final a las últimas, y pocas, certezas de los trabajadores", señalan.

Hace cuatro años, Carolina Alguacil hizo una definición precisa y certera cuando acuñó el término de mileurista. "Es aquel joven licenciado, con idiomas, posgrados, másteres y cursillos (...) que no gana más de mil euros. Gasta más de un tercio de su sueldo en alquiler, porque le gusta la ciudad. No ahorra, no tiene casa, no tiene coche, no tiene hijos, vive al día... A veces es divertido, pero ya cansa". Si hubiera que reescribir ahora esa definición sólo habría que añadir: "El mileurista ha dejado de tener edad. Gana mil euros, no ahorra, vive al día de trabajos esporádicos o de subsidios y, pese a todo, no se rebela".

Objetivo: la 'generación tapón'

Internacionalmente se les conoce como baby boomers. En España, le llaman generación tapón y abarca a los nacidos en las décadas de los cincuenta y sesenta, coincidiendo con un boom de la natalidad. Acaparan casi todos los puestos de responsabilidad en la política, los negocios e, incluso, la vida cultural, taponando el acceso a las nuevas generaciones, se supone que mejor formadas.

En el plano laboral, ocupan los trabajos fijos, mejor pagados, protegidos por derechos laborales y sindicatos poderosos, mientras los mileuristas sufren la precariedad y la temporalidad. Los trabajadores con un contrato temporal tuvieron un salario medio anual inferior en un 32,6% al de los indefinidos (Encuesta Estructura Salarial 2006).

Pero no todos los cuarentones son triunfadores o acomodados padres de familia. También ellos sufren su propia dualidad. Los salarios entre ejecutivos y empleados se han agrandado en los últimos años. El salario anual de los directores de empresas de más de diez trabajadores fue superior en un 206,6% al salario medio en 2006.

En tiempos de recesión, los ojos se vuelven hacia ellos. Además de ser el objetivo de los ERE, bajadas de salarios o el recorte de prestaciones, los baby boomers serán los principales paganos con sus impuestos del creciente endeudamiento que están acometiendo los Estados para sortear la crisis. Y eso sin contar la amenaza de la inviabilidad de sus pensiones cuando lleguen a la edad de jubilación, de la que no paran de advertir los malos augures como el FMI. Pero además de una carga laboral son también el principal sostén del consumo. Así que cuidado con quitar el tapón, no vaya a ser que se vaya el gas.

La noticia :

http://www.elpais.com/articulo/primer/plano/Adios/clase/media/adios/elpepueconeg/20090531elpneglse_2/Tes

GEAB Nº40

El GEAB N°40 está disponible! Primavera Boreal de 2010 – Nuevo punto de inflexión de la crisis sistémica global: Cuando el lazo corredizo de los déficits públicos estrangule a los Estados y a los sistemas sociales occidentales


- Nota publica de GEAB N°40 (16 de noviembre de 2009) -



El GEAB N°40 está disponible! Primavera Boreal de 2010 – Nuevo punto de inflexión de la crisis sistémica global: Cuando el lazo corredizo de los déficits públicos estrangule a los Estados y a los sistemas sociales occidentales
Según el LEAP/E2020, la crisis sistémica global tendrá un nuevo punto de inflexión a partir de la primavera de 2010. En ese momento las finanzas públicas de los principales países occidentales se tornarán incontrolables, porque simultáneamente resultará evidente que serán necesarias nuevas medidas de apoyo económico, dado el fracaso de los diversos estímulos de 2009 (1) y que la magnitud de los déficits presupuestarios impide cualquier nuevo gasto significativo.

Si bien este « lazo corredizo » de los déficit que los gobiernos voluntariamente se han puesto al cuello durante este año, rehusándose a hacer que el sistema financiero asuma el precio de sus desacierto (2), pesará considerablemente en todo el gasto público, afectará sobretodo a los sistemas sociales de los países ricos empobreciendo y cada vez más a la clase media y jubilados, dejando a los más desfavorecidos a la deriva (3).

Mientras tanto, el contexto de insolvencia de un creciente número de Estados y de comunidades locales (regiones, provincias, estados federados) dará lugar a un doble fenómeno paradójico, aumento de las tasas de interés y fuga de la moneda hacia el oro. En ausencia de una alternativa organizada, ante un USD cada vez más débil, para encontrar una opción a la pérdida de valor de los bonos del Tesoro (especialmente estadounidense), los bancos centrales de todo el mundo deberán en parte « reconvertirse al oro », el antiguo enemigo de la Reserva Federal, sin poder aún declararlo oficialmente. La apuesta a la recuperación ya ha sido absolutamente perdida por los gobiernos y los bancos centrales (4); el punto de inflexión de la primavera boreal de 2010 representará el inicio de la transferencia masiva de 20.000 millardo de USD de « activos fantasmas » (5) a los sistemas sociales de los países que los han acumulado.

En este GEAB N° 40, el equipo del LEAP/E2020 desarrolla sus análisis sobre estos diferentes temas presentando al mismo tiempo una evaluación detallada de sus anticipaciones para 2009 la que obtuvo un resultado general del 72% (6) de aciertos. Finalmente, nuestros investigadores dan a conocer sus recomendaciones, para este mes en particular: bienes inmuebles comerciales, divisas y rentas de los expatriados.

Los diez primeros países en función de la vulnerabilidad en relación Deuda/PIB (en azul: deuda pública; en naranja: deuda privada) - Fuente: Crédit Suisse, 03/2009
Los diez primeros países en función de la vulnerabilidad en relación Deuda/PIB (en azul: deuda pública; en naranja: deuda privada) - Fuente: Crédit Suisse, 03/2009
La realidad se encargó rápidamente de sostener a la anticipación del GEAB N° 39 que indicaba que el 2010 sería un año caracterizado por tres tendencias, una de las cuales es el cese de pago de los Estados (7): de Dubai a Grecia, pasando por los discursos cada vez más impacientes de las agencias de calificación por las deudas estadounidenses y británicas o por el presupuesto draconiano adoptado por Irlanda y las recomendaciones de la Eurozona para el control de los déficit públicos, la incapacidad creciente de los Estados para enfrentar sus deudas, son titulares de los medios de comunicación. Sin embargo, en esta agitación mediática, todas las informaciones no tienen el mismo valor: algunas son sólo elucubraciones sobre el « dedo » del proverbio chino (8), cuando otras realmente tratan sobre la Luna.

En el capítulo de las elucubraciones sobre el « dedo », este comunicado público del GEAB N° 40 presenta el análisis de lo caso de Grecia.

La crisis de la deuda griega: un pequeño problema para Frankfurt y una severa advertencia para Washington y Londres

Vayamos a Grecia. Aquí encontramos un tema similar a lo que nuestro equipo había denunciado en el GEAB N° 33, marzo de 2009, cuando la prensa transmitió masivamente la idea de que Europa del Este iba arrastrar al sistema bancario europeo y al Euro a una grave crisis. Habíamos expuesto que esta « información » no se basaba en algo creíble y que era « una tentativa deliberada por parte de Wall Street y de la City de hacer creer en una fractura de la UE e instalar la idea de un gran riesgo « mortal » en la Eurozona, al difundir permanentemente falsa información sobre el « riesgo bancario proveniente de Europa Oriental » con la intención, al mismo tiempo, de estigmatizar a la Eurozona como « timorata » ante las medidas « voluntariosas » estadounidenses o británicas. También, uno de los objetivos es intentar desviar la atención internacional del agravamiento de los problemas financieros en Nueva York y Londres, al mismo tiempo que busca debilitar la posición europea en vísperas de la Cumbre del G20

El caso griego es muy similar. No es que no haya una crisis de las finanzas públicas en Grecia (es real), pero sus supuestas consecuencias sobre Eurozona están sobreestimadas, mientras que la crisis indica una creciente tensión en torno a la deuda soberana, talón de Aquiles de Estados Unidos y el Reino Unido (9).

Emisión de nueva deuda soberana en 2009 (en millones de USD) - Fuente: PhoenixProject, 07/2009
Emisión de nueva deuda soberana en 2009 (en millones de USD) - Fuente: PhoenixProject, 07/2009
En primer lugar, debemos recordar que Grecia sigue siendo el país que por excelencia ha administrado mal su adhesión a la UE. Desde 1982, los diversos gobiernos griegos han utilizado a la UE simplemente como una fuente inagotable de financiación, sin lograr modernizar las estructuras económicas y sociales de su país. Con casi el 3% del PIB proveniente directamente de Bruselas en 2008 (10), Grecia es realmente un país europeo en transfusión desde hace casi treinta años. El deterioro actual de las finanzas públicas del país es por lo tanto un paso más en su larga evolución. Los responsables de la Eurozona saben desde hace mucho tiempo que el problema griego ocurriría algún día.

Pero el país que representa un 2,5% del PIB de la Eurozona (y un 1,9% del de la UE), está lejos de ser un grave peligro para la moneda única europea y para la Eurozona. A título de ejemplo, la quiebra de California (12% del PNB de EEUU) es infinitamente más susceptible de desestabilizar al USD y la economía estadounidense. Además, dado que se encuentran frecuentemente listados exhaustivos, por las mismas plumas, de todos los países de la Eurozona que enfrentan una grave crisis de su hacienda pública (España, Irlanda, Portugal a los cuales añadimos Francia y Alemania), es necesario completarla e indicar que en Estados Unidos, además del Estado Federal técnicamente en quiebra (11) si la FED no imprimiera USD en cantidades ilimitadas para comprar directa e indirectamente Bonos del Tesoro emitidos en proporciones idénticas, además de California (el estado más rico de la Unión, que se bambolea al borde del abismo desde meses) ya se encuentran 48 de los 50 Estados en déficit presupuestarios crecientes (12). Como lo resume el titular del Editorial de Stateline, el sitio estadounidense especializado en los Estados y municipios, Nightmare scenarios haunt states (Contextos de pesadilla atormentan a los Estados); todos los estados estadounidenses pueden entrar en cesación de pago durante 2010/2011.

La Eurozona, que tiene las más importantes reservas de oro del mundo (13), reúne también a países que acumularon excedentes presupuestarios hasta el año pasado, un comercio exterior siempre excedentario y un banco central que no ha transformado su balance en un receptor de activos « putrefactos o fantasmas » (como lo hace la FED desde hace 18 meses). Si la crisis de la hacienda pública griega indica algo, no es tanto la situación de Grecia o una problemática específica de la Eurozona, sino un problema más general que se agravará en 2010: el hecho de que las obligaciones de los Estado ya constituyen una burbuja a punto de estallar (más de 49.500 millardos de USD a escala mundial, lo que representa un incremento del 45% en 2 años) (14).

La degradación de las evaluaciones efectuadas por las agencias estadounidenses de calificación a raíz de la crisis de Dubai indican , como siempre, que estas agencias no saben (o no pueden) anticipar este tipo de proceso. Recordemos que no atisbaron la crisis de las subprimes o en el hundimiento de Lehman Brothers y AIG, ni el de Dubai. Como son dependientes del Gobierno estadounidense (15), no pueden cuestionar directamente a la dupla núcleo del sistema financiero actual (Washington-Londres). Sin embargo, indican la dirección por dónde vendrá el próximo gran golpe, las obligaciones de los Estados… y en este ámbito, los dos más expuestos son Estados Unidos y el Reino Unido.

Es, además, muy instructivo constatar que el discurso de estas agencias evoluciona sutilmente. En pocas semanas, han pasado de la sempiterna explicación que la calidad intrínseca de las economías y de gestión de estos dos países (16) elimina todo riesgo de cesación de pago por parte de sus gobiernos respectivos a un recordatorio que será necesario, a partir de 2010, demostrar esta calidad y estas aptitudes gestoras con el fin de mantener la famosa Triple A, que permite pedir prestado a menor costo (17). Si ahora las agencias de calificación comienzan a pedir pruebas, es que las cosas van de verdad muy mal.

Para concluir con el caso griego, nuestro equipo considera que la situación actual es triplemente positiva para la Eurozona:

. está obligada a considerar seriamente las medidas de solidaridad que deben aplicarse en este tipo de situación. Los observadores tendrán que hacer una elección franca: o tratan a Grecia como un país aislado, o la tratan como un componente de la Eurozona. Pero no pueden hacer las dos a la vez, añadiendo a la debilidad de la Grecia aislada un debilitamiento de la Eurozona a causa de Grecia;

. obliga a las autoridades griegas a hacer una operación « Verdad » sobre el estado de las finanzas de su país y permitirá a la UE impulsar las reformas necesarias, especialmente, para reducir vigorosamente la corrupción y el clientelismo endémicos (18);

. finalmente debería servir de ejemplo a los gobiernos europeos (y otros) que manipulan cada vez más las estadísticas económicas y sociales, demostrando que estas manipulaciones sólo hunden al país en una crisis más profunda. Desgraciadamente, dudamos que otros líderes sigan el ejemplo del primer ministro griego; en cualquier caso no antes de que cambie el gobierno en el Reino Unido, Estados Unidos, Francia o en Alemania por ejemplo.
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Notas:

(1) El consumo sigue siendo débil tanto en Estados Unidos como en Europa (pese a las fiestas de fin de año). El supuesto crecimiento chino (véase el vídeo de Al Jazeera, muy esclarecedor sobre la realidad detrás de las cifras chinas) ni siquiera logra estimular aunque sea un poco a de su vecino nipón (lo que constituiría un signo cierto de que hay una reactivación de la economía de China), obligado a ser el primer gran país en adoptar un segundo plan de estímulo económico en menos de dos años (fuente: Asahi Shimbun, 09/12/2009). En cambio la manipulación de las estadísticas bate récords de actividad: descenso « radical » del desempleo en Estados Unidos alimentado por el empleo precario vinculado a las contrataciones de los comercios antes de las fiestas y un método de cálculo siempre tan « teórico » (fuente: Global Economic Trend Analysis, 04/12/2009), « Black Friday » cuyas ventas incluso disminuyeron en valor en relación con el año pasado (fuente: Reuters, 29/11/2009), el desempleo que continúa subiendo, bienes inmuebles comerciales en caída libre en Europa (fuente: Les Echos, 10/12/2009, y un interesante paseo visual a través de los edificios de oficinas vacíos en Amsterdam realizada por Taco Dankers, volumen de la producción industrial China « tranquilizador » en noviembre de 2009 comparado con la drástica disminución de noviembre de 2008. Qué resultados fantásticos para los cientos de millones de los planes de recuperación de 2009!

(2) Y creyendo a los bancos que les dijeron que salvarles, era salvar la economía.

(3) Fuente: USAToday, 14/12/2009

(4) Fuentes: CNBC, 08/12/2009; Yahoo/Reuters, 27/11/2009

(5) Los dos tercios del monto global estimado por LEAP / E2020 hace más de un año, que se esfumaron en los diversos mercados financieros o inmobiliarios del planeta.

(6) Es un resultado en baja, con relación al 80% de 2008, pero que sigue siendo muy elevado, en particular para un año excepcional, sobretodo por el grado de intervención de los actores públicos y la escala sin precedente de sus intervenciones que multiplican los factores en juego.

(7) Para el componente « presión fiscal », Londres y Dublín acaban de abrir el baile (Fuentes: Times, 06/12/2009; Irish Times, 11/12/2009).

(8) « Cuando el sabio señala la Luna, el tonto mira al dedo ».

(9) Y de Japón en menor medida

(10) Fuente: La Croix, 05/10/2009

(11) Fuente: New York Times, 22/11/2009

(12) Fuente: CBPP, 19/12/2009

(13) Así, entre los bancos centrales nacionales y el BCE, la Eurozona posee 10.900 toneladas de oro y Estados Unidos sólo 8.133 toneladas (Fuente: FMI/Wikipedia, 11/2009O, para ser más preciso: el Tesoro declara que Estados Unidos posee esa cantidad de oro, sabiendo que ninguna auditoría independiente sobre la cantidad exacta de las reservas de oro estadounidense se ha hecho desde más de cuarenta años. Volveremos más detalladamente sobre el tema del monto real de las reservas de oro de EEUU en el proximo GEAB N°41 ya que nuestro equipo considera que en 2010, frente a la explosión de la burbuja de las obligaciones de Estado, el oro volverá a ser una necesidad ineludible para los bancos centrales.

(14) Fuentes: DailyMarkets, 24/11/2009; Telegraph, 30/11/2009; Forbes, 24/11/2009

(15) Legal y financieramente, ver GEABs anteriores.

(16) Rozamos, a veces, al surrealismo más absoluto leyendo las consideraciones de estas agencias.

(17) Fuente: Wall Street Journal, 08/12/2009

(18) Fuente: Financial Times, 11/12/2009

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