Reunidos en Londres los mayores ladrones de la historia de la Humanidad han abundando en el tono bélico con el que llevan abrumándonos durante medio año.
Por enésima vez anuncian con clarines y timbales el fin de la guerra, el inicio de la recuperación y la victoria final. Para la última ofensiva, han decidido, como cada una de las veces anteriores, robar a manos llenas a los contribuyentes, empobrecer a los ciudadanos a los que gobiernan –y expolian- y a sus hijos y a los hijos de sus hijos.
De nuevo, se repiten las mismas consignas: han fallado los controles, que ellos tienen en sus manos, y por tanto tienen que intensificarse; se exigirán responsabilidades, cuando son ellos los responsables.
Ahora señalan un nuevo objetivo: los paraísos fiscales. Quieren mantenernos a todos en el infierno fiscal, cuando ellos, por ejemplo, los funcionarios de la Unión Europea y los europarlamentarios, que se disponen a pedir el voto a los súbditos, cobran libres de impuestos, tienen su chiringuito de paraíso fiscal propio. La mentira de la mano de la hipocresía.
Visto en: http://lasclasesmedias.blogspot.com/
En esta guerra, en la que truenan con alaridos los aparatos de propaganda –nuevo plan Marshall, nuevo orden mundial (cuando esto de robar es tan viejo como el mundo)- lo que no sabemos es quién es el enemigo.
La razón es tan sencilla como inconfesable: el enemigo somos nosotros, los ciudadanos, consumidores, contribuyentes, a los que se pretende despojar de los últimos restos de nuestra soberanía, de nuestra libertad, a la par que se nos esquilman los últimos ahorros.
Llevan al mundo a la hambruna generalizada, pero no les falta descaro en su pasión expoliadora.
El mundo ha enloquecido y está gobernado por una panda de ignorantes sin escrúpulos morales.
Enrique de Diego
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