jueves, 26 de febrero de 2009

Jodorowsky: "Bush y Bin Laden son un invento de la élite financiera"



Ideas sólidas. Tiene 75 años y dice haber aprendido a morir espiritualmente. No teme a la muerte.
ENTREVISTA/ Alejandro Jodorowsky
“Bush no existe. Es sólo una máscara de un grupo Þnanciero que también ha inventado a Bin Laden”

El chileno residente en París Alejandro Jodorowsky, tras contar su novelesca vida en “La danza de la realidad” –que le aupó al listón de autores superventas–, publica junto a su compañera y discípula, Marianne Costa, una guía práctica del Tarot como método curativo: “La vía del Tarot”, se titula. El próximo viernes ofrecerán en Madrid una lección magistral con público. El artista integral (ha hecho teatro, cine, cómic, chamanismo...) que llegó más allá del surrealismo sigue siendo un rebelde: el optimismo es hoy su arma de protesta.

Pareja. Con Marianne Costa (37 años), cuyo encuentro fue digno de una novela de amor.

Por Elena Pita. Fotografías de Chema Conesa


De él se sabe que nació en Chile, 1930, y que a los 23 años se plantó en París dispuesto a “salvar el surrealismo” en misión mesiánica contra el papismo de André Breton: para ello fundó junto a Arrabal y Topor el movimiento Pánico, donde todo era posible. Desde entonces, ha pasado por todo: teatro, poesía, cine, cómic, narrativa, chamanismo, psicomagia, etcétera. Pero lo que nunca se cuenta de Jodorowsky es su condición de auténtica máquina: una máquina de parir ideas, un “sin parar”, como dice su compañera y discípula, Marianne Costa, coautora del libro que hoy les ha traído a Madrid, La vía del Tarot.

Sus últimas ocurrencias, últimas de los últimos 20 minutos, son que el mundo se está transformando en algo mejor, que de ahí su crisis y su angustia; que el hombre desarrollará pronto el quinto cerebro, capaz de mutaciones genéticas, de la robótica e incluso de volar, y que Bush no existe: es sólo la máscara de un entramado económico que también ha inventado a Bin Laden, para gobernar el mundo desde el terror.

P. En ocasiones ha dicho que predecir el futuro es una invasión del otro. ¿Para qué sirve si no el Tarot?

R. Es un útil para saber qué hacer en cada momento, es un lenguaje o una lectura donde por azar uno elige sus cartas y éstas le cuentan. No hay que confundir al tarotista, que es un charlatán que ve el futuro, con el tarólogo, que es una especie de psicólogo que entra en relación con tu presente a través de la frase que tú mismo eliges por azar en la baraja; con él se establece una relación terapéutica que economiza muchísimas sesiones de psicoanálisis, años.

P. Cuenta que todo empezó en el armario de su madre, donde descubrió la carta de El Carro: el cartón, cubierto de unas lenguas de fuego que nadie pintara, había aparecido entre las cenizas de su abuelo, inmolado por accidente. ¿Usted se creyó tal historia?

R. Sí, lo creí.

P. No me diga que se lo sigue creyendo.

R. No, ¡cómo voy a creerlo! Ni siquiera sé si mi abuelo murió quemado en el fuego; son leyendas familiares, pero que actúan. Yo he reproducido esta escena en mi película El topo: me quemaba para que mi mamá me amara.

P. Muy psicoanalítico.

R. Sí, los sueños familiares te marcan, te crean una memoria.

P. ¿Por qué dice que su madre era mutante?

R. Porque era muy alta, rubia y blanca como una taza de porcelana. Un cosaco ruso violó a mi abuela, judía lituana, y mi madre es producto de esa violación; era despreciada por toda la familia.

P. Y su padre trabajaba en el circo, antes de que usted naciera, ¿qué número hacía?

R. Hacía barras, y fue el primer hombre en colgarse del pelo: tenía el cuero cabelludo suelto, lo movía con un solo gesto. Sus músculos eran terroríficos. En mi película Santa Sangre hay una mujer que se cuelga del pelo, ése era mi padre, que probablemente tenía una pulsión homosexual, como su hermano, que lo era, y de ahí que tuviese un miedo atroz a tocar a su hijo. Cuando dejó el circo abrió una tienda de ropa interior de mujeres.

P. Usted que tanto ha estudiado la genealogía, ¿cree que no tenemos más misterio que el de ser hijos de nuestros padres?

R. No, la vida no es así: nadie puede descubrirlo todo sobre el otro ni sobre sí mismo. Estamos marcados por cuatro factores: la genética, la familia, la sociedad y la cultura.

P. ¿Qué hay del destino?, ¿uno puede escogerlo o influir en él?

R. Hay un misterio en el hombre y es que antes de nacer fuimos algo, como algo seremos después de morir. Y ese algo supone una energía, que nos trae al mundo con un carácter determinado. Nacemos con un destino, pero hay otro que creamos con nuestro pasos.

P. Todo indica que al final volvemos al origen, que en su caso fue el circo. ¿Sigue siendo un payaso pánico?

R. Puedes llamarme payaso, yo prefiero decir humorista: sin humor no hay terapia, la risa es fundamental.

P. ¿Y el mundo le sigue haciendo la misma gracia que cuando llegó a París en el 62?

R. Sí, claro, aunque ya no soy pánico. El movimiento Pánico era un acto individual de revulsión contra el surrealismo, una crítica del mundo. Yo salí del Pánico cuando di el paso hacia la humanidad, hacia el otro.

P. Dice que el arte nace de lo despreciado, ¿qué sería hoy lo más despreciado?

R. La positividad y la espiritualidad: el optimismo; hoy el artista maldito es el optimista. La pornografía, lo negativo, el feísmo es el gran asunto asumido. Cuando yo era pánico, despreciaba al mundo, había que ser negativo, porque el mundo estaba envuelto en una inercia, parado. Pero ahora, ¡cómo se puede tener una actitud artística negativa, cuando a la gente le cortan la cabeza, coges un periódico y no hay ni una noticia positiva. Cualquier cómico de televisión dice cosas más atroces que el peor surrealista.

P. Tengo entendido que reprocha al psicoanálisis que trate de traducir el inconsciente a términos racionales. ¿No es justamente lo mismo que usted practica con la psicomagia?

R. No, no, no. Freud empezó a explicar racionalmente el lenguaje de los sueños y los actos fallidos, que pertenecen al inconsciente; luego si los racionalizas, dejan de existir. O sea, enseñó al inconsciente a hablar el lenguaje racional. Yo he hecho lo contrario: enseñar a la razón a hablar el lenguaje inconsciente, y además sacarla de sus límites o sumergirla en actos que en el fondo son remedo de los sueños. El inconsciente no es traducible, es totalmente caótico. Pero el racional puede abrir sus límites y hablar el lenguaje inconsciente.

P. ¿Eso es lo que hacen los chamanes?

R. Sí, pero hay algo erróneo en esta moda del chamanismo. El chamán es como una planta, pertenece a un lugar, y es allí donde debe utilizar sus creencias, sus minerales, vegetales y demás; trasladar esto de Siberia a Madrid es una aberración, pero ellos vienen porque persiguen el gran dios del dólar. Los chamanes toman los sueños por realidad, y ven animales, son supersticiosos, utilizan ritmos, y todo esto nosotros no lo necesitamos.

P. Le planteo un caso para su psicomagia (terapia consistente en hacer lo que el inconsciente te pide): odio tanto a una persona que su memoria me tortura en sueños, ¿debo matarla?

R. Sí, la matamos; pero metafóricamente, y luego le pedimos perdón y le hacemos renacer como nos gustaría que fuera, para poder amarlo.

P. ¿No basta con matar?

R. Todo odio y deseo de destrucción responde a un amor no correspondido. Cuando matas a alguien y le haces renacer, vuelve amándote, y el inconsciente acepta la metáfora. En psicomagia, morir o matar expresa el deseo de transformación: se renace transformado.

P. Jodorowsky, dice que la crisis que hoy padece el mundo no es económica sino emocional. ¿Por emocional hemos de entender ideológica?

R. La crisis es absoluta. Se nos han caído todos los conceptos, hemos perdido todos los amores, no tenemos nada en que creer. Pero a esto lo llamo un maravilloso período de transformación: el gusano se convertirá en mariposa.

P. La sociedad vive angustiada, ¿cuál es el origen de este síntoma?

R. Es la angustia que produce el cambio: la mutación del espíritu. Creo que estamos a punto de crear un nuevo y quinto cerebro, y lo manifestamos con la búsqueda genética, la creación de robots, viajes espaciales y destruyéndonos los unos a los otros en guerras de poder. Cuando la transformación termine, el planeta se convertirá en un jardín.

P. Dice también que cada país tiene el Gobierno que se merece. ¿El mundo se merece a Bush?

R. Sí, porque está dominado por el patriarcado del imperio americano: el mundo favorece a la industria americana. La mitad de Estados Unidos más ocho millones son imbéciles, cretinos, limitados, viven encerrados en sus propias fronteras y ellos eligieron a Bush. La otra mitad menos ocho millones, se da cuenta ahora de que ellos no son EE UU: qué bien.

P. En la escala que hace de la Humanidad, ¿Bush sería el hombre valiente que, por no dudar, no teme a nada?

R. Te voy a decir un secreto: Bush no es, no existe. Es sólo una máscara de un grupo financiero, porque la política ya no es sino economía. Y si hubiera salido Kerry, lo mismo daba, porque es otra máscara del mismo grupo. Bush es como un muñeco de guiñol, que dice lo que le dictan, por eso cualquier cómico o actor de cine puede ser presidente. Además, no es posible que un hombre dirija todo un país. Pensamos así porque nuestra cultura nos remite a los reyes. Dicen que las nalgas del diablo son las mejillas de Dios, y yo digo que detrás de la máscara de Bush está la de Bin Laden, su colaborador, que aparece justo en el momento en que los americanos tienen que votar, para aterrarlos: es perfecto.

P. En esa escala de valores humanos, ¿el hombre que teme es el más lúcido?

R. El hombre teme, siempre; teme perder. El primer paso que da el ser que se ilumina es perder el miedo: el miedo a morir, que es el primigenio; o sea, aceptarlo, frente al cuerpo que teme la muerte porque es su forma de sobrevivir. El espíritu puede entregarse, pero el cuerpo sufre y se retuerce.

P. ¿Y usted, a sus 75 años, ha perdido el miedo?

R. Creo que sí: he aprendido a morir espiritualmente. Me costó mucho, pero lo vencí a los 60 años.

    “La vía del Tarot” (Siruela) sale a la venta esta semana.

Consultas para el alma: gratis de 6 a 10


A esto dedica Jodorowsky las tardes de los miércoles desde hace 30 años: se sienta en un bar y lee el Tarot a quien se lo pide, gratis, de 6 a 10, unas 30 personas le ocupan la tarde, y él, iluminado, luego queda rendido, el alma pletórica de haber hecho el bien. Así lo cuenta Marianne Costa: “El Tarot es la columna vertebral de Jodorowsky, que ha montado su terapéutica sobre la lectura de las cartas. El Tarot es la suma del conocimiento simbólico de Occidente: sus símbolos nos conforman. Así pues, es un aliado para ubicarnos en el océano alucinante del inconsciente, y esto es lo que consigue ayudar a las personas: nos creemos una cajita cuadrada racional, pero los miedos, las pasiones, las dudas no responden a lo racional, sino al inconsciente. El Tarot es una estructura del alma, y este libro, una guía para recorrerla”. Y así lo cuenta él: “Todo lo que está escrito en este libro es fruto de la experiencia. Primero fueron cuatro años de estudio sobre todas las colecciones del Tarot; como cada autor contaba lo que quería, yo memoricé la baraja para poder aplicar su mensaje. Busqué un café cualquiera, cerca de mi casa, me senté y dije: aquí voy a leer gratis el Tarot, a quien venga, sin darme publicidad. El lugar que encontré es oscurísimo, se llama el Saint Fiacre, santo que cura las almorranas, un bar lleno de truhanes, futboleros, borrachos, pero fue donde me aceptaron. Desde entonces se llena cada miércoles, y para mí ha sido una escuela práctica donde he desarrollado una ética”.
El milagro de Marianne


Se conocieron por gracia de un milagro. Sucedió en la mesa del bar donde él lee el Tarot. Marianne se sentó y le contó que acababa de separarse de su pareja. Va él y le dice: “Eres una mujer joven (28 años), tienes que buscar un hombre de tu edad, hacer un niño y casarte: no me pidas eso a mí”. La siguiente ocasión fue en una sala de conferencias: ella se sitúa al fondo, invisible, y él, que es el ponente, cuenta algo que provoca su risa. Y al oírla, desde su tribuna: “Ten cuidado, no te rías de ese modo: así conocí a mi primera esposa”. Ella entendió que le estaba lanzando mensajes, así que se apuntó a un curso en casa del maestro. Entrando en ella, un gato se le echó encima. Ella grita, y él la socorre colocándole la mano así en la cintura baja y diciéndole: “Te adopto”. No lo sabía, pero le estaba poniendo la mano en el alma, aquella nalga. “Ninguno de los dos teníamos ganas de formar nueva pareja”, dicen; pero lo cierto es que ella quedó impresionada de la soledad del genio, y entonces empezó a educarle, “para que me lavara bien los dientes, para muchas otras cosas y, sobre todo, para que entendiera la injusticia que padecen las mujeres en el mundo”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No paras! Guay, guay.

Siempre es interesante oír a Jodorowsky. Desconocía la faceta política. Un saudo.

PD: Por cierto, traduje Nutrition & Behavior de Russell Blaylock. Está disponible con subtítulos en Google Video, con la ayuda de bettablue, como no.

Fonollosa dijo...

Alvrosda eres un grande tío !!
gracias a tus subtítulos he podido disfrutar de infinidad de videos..
Todos te lo agradecemos. Un saludo!!